Dice el proverbio africano que si
quieres ir rápido, ve solo; si quiere llegar lejos, ve acompañado, y
de este proverbio podemos aprender mucho a la hora de emprender.
Porque el principal valor en una empresa no reside en sus sistemas, su
tecnología, su maquinaria, sus procesos. El
talento y la actitud del equipo humano son el auténtico activo de una empresa.
Es esta, sin embargo, una obviedad que se olvida en el día a día del mundo
empresarial. El foco en los resultados económicos, las prisas, la sobrecarga de
trabajo consumen el oxígeno de talentos que participan en hacer grande una
empresa.
Tanto, que los mejores recursos humanos se van de una empresa no por un
mejor salario, sino que muchas veces se marchan buscando un mejor ambiente
laboral o una oportunidad de desarrollo personal. Buscando, en definitiva,
recibir un buen trato, el respeto y un justo
reconocimiento a su trabajo.
Precisamente, el reconocimiento
laboral es una de las fuentes de satisfacción personal que tiene el
ser humano para sentirse a gusto con su trabajo, además de con su vida. El
reconocimiento del valor de todas las personas es un elemento invisible que
estimula la satisfacción laboral e impulsa a un mismo objetivo: el éxito de la empresa.
La conciencia de los cargos directivos sobre
la responsabilidad de estimular y reconocer los buenos resultados y el buen
trabajo propician que esta actitud se inicie en la dirección correcta y se
irradie al resto de las personas. Entonces, es función de los que dirigen más
que de los dirigidos que esto se propague al resto de la organización y que
regrese por efecto boomerang a todas y
cada una de las personas.
Decálogo del reconocimiento laboral
1. Reconoce. Reconocer el buen
trabajo es una conveniencia y una necesidad.
2. Respeta. Trata con respeto
a todas las personas que integran tu equipo, con el mismo con el que te
gustaría ser tratado.
3. Alégrate de los
éxitos de las personas de tu equipo. Sus éxitos son los de todos.
4. Construye. Si un desempeño
es mejorable, colabora y aporta valor haciendo críticas constructivas.
5. Valora las
opiniones de cualquier persona. Cualquier opinión es una
oportunidad de reflexión y de mejora.
6. Comunica y comparte. Considera a tu
equipo, informa a cada una de las personas de los temas que les afecten antes
de tomar decisiones relativas a su desempeño.
7. Gestiona por
competencias. Busca la mejor adaptación entre la organización y las personas.
8. Dignifica. Hay temas que
deben tratarse cara a cara. No escribas mails en vano.
9. Agradece. Da las gracias
por el trabajo desempeñado y por estar ahí.
10. Sonríe. La sonrisa es el
camino más corto a cualquier parte.
Y tú, ¿cómo incentivas el esfuerzo de tus trabajadores en la empresa?
¿Coincides, como nosotros, que reconocer la labor de los demás dignifica él
trabaja del conjunto
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José G. Quintero E.
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