Aunque es en la infancia donde aprendemos en
mayor medida a relacionarnos con los demás, es un proceso continuo durante toda
la vida. Las razones por las que una persona puede no ser hábil socialmente se
pueden agrupar en varias categorías:
1-La persona nunca lo ha aprendido porque
bien no ha tenido un modelo adecuado o bien no hubo un aprendizaje directo.
Pongamos el ejemplo de alguien que se crio en
una casa muy rígida donde la única opinión valida fue la del padre o la madre
castigando los comportamientos asertivos en el niño de manera directa con
amenazas, reprobaciones, privaciones, o de manera indirecta generándole una
serie de normas o valores morales donde
no esta permitido ser asertivo (“los niños buenos no responden a sus padres”).
Posiblemente nunca aprendió a expresar su opinión ante un tema concreto y
sienta ahora mayor temor a hacerlo.
Posiblemente nunca aprendió a expresar su opinión ante un tema concreto y
sienta ahora mayor temor a hacerlo.
Otro ejemplo es el de una persona que estudio
en un internado femenino durante toda su infancia y adolescencia, y ahora al
hacerse mayor tiene dificultad a comunicarse con el sexo opuesto, ay que nunca
tuvo oportunidad de practicar esta habilidad.
2- La persona que obtiene más refuerzos por
sus conductas sumisas.
Tal es el caso de la persona tímida y
complaciente que con ello consigue: El apoyo, la atención y la protección de los demás y la consideración y aprobación como “bueno”, “responsable”
o “admirable”.
3- La persona obtiene más refuerzos por sus conductas agresivas.
Tal es el caso de personas agresivas que con
ello consigue: La atención de los demás, el sentir la satisfacción de ser superior a
otros y el conseguir lo que quiere.
4- La persona no ha desarrollado habilidades sociales.
Por lo tanto, no sabe identificar cuales son
los comportamientos adecuados en cada momento o situación.
5- Las habilidades sociales existen, pero hay
factores que inhiben o interfieren con las conductas.
Un ejemplo de esto podría ser, pensamientos
negativos (ejemplo: no me van a dar el aumento de sueldo) los cuales
interfieren con la ejecución de la persona puesto que generan ansiedad o
nerviosismo. En nuestra sociedad es muy común el llamado “miedo al hablar en público” o “miedo escénico”,
que no es sino un déficit en la ejecución de una conducta debido a los
pensamientos negativos que interfieren (Ejemplo: van a notar que estoy nervioso).
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José G. Quintero E.
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