El liderazgo es algo que se transmite en cada una de nuestras conductas:
las palabras, los gestos, la forma de caminar, el vestuario, las habilidades
sociales y la personalidad.
Este post está dedicado a aquellos que desean comenzar a desarrollar y
mejorar su influencia sobre otras personas a través del lenguaje no verbal.
1. Habla despacio
La velocidad con la
que hablamos transmite aquellas sensaciones que estamos experimentando.
Comunicar rápidamente una idea hace que no sólo pierda su efecto persuasor,
sino que además refleja ansiedad, timidez, e inseguridad. Haz pausas breves
(micropausas) justo antes de la idea principal. Desacelera y relájate.
2. Usa
variaciones en el tono de la voz
Las voces planas y
monótonas sólo pueden producir una cosa: aburrimiento. Dale precisión a tus
palabras se-pa-ran-do algunas sílabas. Si además apuntas con tu dedo para dar
énfasis le darás mayor contundencia a tu mensaje. Los políticos son expertos en
usar este recurso.
3. Usa
posturas abiertas
Extiende tus
brazos cuando expongas una idea. Evita los clásicos errores como cruzar los
brazos por mucho tiempo o dejar las manos en los bolsillos. Cuando te sientes
apoya con soltura tus brazos y abre tu chaqueta.
4.
Mantén el contacto visual
¿Te imaginas un
presidente mirando hacia el piso mientras habla con un homólogo? Cuando seas tú
quien hable asegúrate de sostener tu mirada, que sea profunda, impactante. Tu
mensaje quedará grabado con fuego en la mente de la otra persona.
Por otra parte, en
los casos en que el otro habla, evita mantener el contacto visual todo el
tiempo. Dos terceras partes es una proporción óptima. Pasea tu mirada por otros
lugares y vuelve nuevamente a tu interlocutor, así proyectarás una personalidad
menos necesitada o sumisa. Sobre decir que cuando la otra persona diga algo
verdaderamente importante debes prestarle completa atención.
5.
Antes de contestar una pregunta...
En la medida de lo
posible no tardes demasiado para no demostrar que estás buscando con
rigurosidad tus palabras (como quien busca la aprobación del otro). Evita usar
el "ahh", "eeeeh", "esteeeem" y demás expresiones
que denoten nerviosismo.
Aunque se trata en
efecto de una ejecución inconsciente, procura mirar hacia arriba o hacia un
lado antes responder. En PNL mirar hacia abajo es un indicador de diálogo
interno, y está bien para los que saben, pero en general la gente interpreta
esto como un indicador de timidez o falta de confianza en sí mismo.
6. Haz
contacto físico
Esto depende
obviamente del lugar donde nos encontremos. En Latinoamérica es frecuente
acompañar el saludo formal con una palmada en el hombro o un ligero toque en el
codo, mientras que en otras culturas (como las orientales y algunas europeas)
es muy importante conservar la distancia. Si quieres ejercer un mayor grado de
dominancia dale a tu locutor unas palmaditas en la espalda, como quien le dice:
"Buen chico, te has portado bien".
7. No
sonrías demasiado
Sonreír cuando te
presentan una persona es perfecto para manifestar carisma y simpatía, pero en
exceso puede ser contraproducente. La sonrisa desarma a tu oponente y le da a
entender al otro que tú no eres una amenaza (lo que es ideal en espacios de
negociación), pero en términos de liderazgo debe ser producto de un hecho que
efectivamente la produzca, no un intento por agradar a los demás.
8.
Erguido y Relajado
Camina con la
espalda derecha y manténla así mientras estés de pie. Te ayudará a verte más
saludable y ganarás unos cuantos centímetros (la mayoría de las personas
caminan encorvadas). Tanto a hombres como mujeres les favorece enviar los
hombros hacia atrás porque les ayuda a realzar su pecho y a disimular la
barriga.
No olvides
relajarte, que tus hombros se descuelguen naturalmente, sin que tengas
necesidad de ejercer presión sobre estos. Hacer ejercicio con regularidad te
ayudará a fortalecer la parte dorsal para mantener derecha tu espalda sin que
experimentes cansancio (Dios bendiga el Aikido).
9.
Desplázate con naturalidad
Así como la
velocidad al hablar evidencia ansiedad, caminar rápidamente expresa exactamente
lo mismo. Sin prisas, sin afanes, tranquilo, y con absoluto control de la
situación y el tiempo, así es un líder. Permítele a tus brazos moverse con libertad
al tiempo que caminas. Disfruta del camino como quien acaba de obtener un éxito
increíble y se encuentra en la cima del mundo.
10.
Evita los gestos faciales y corporales nerviosos
Lamerse demasiado
los labios, rascarse la cabeza o la nariz, y jugar con las manos o los dedos es
fatal. Son tics producidos por situaciones tensionantes o poco frecuentes. Un
líder no le teme a la interacción con la otra persona, antes bien, ejerce su
influencia en completa calma.
11. Usa
frases cortas
Así compaginan la
sabiduría y la inteligencia. Un líder no sólo es fuente de conocimiento y
experiencia, sino que además los transmite sin recurrir a frases y argumentos
reforzados para deslumbrar al público. Sabe exactamente qué lenguaje debe
utilizar (sencillo o técnico) y se preocupa por llegar a la mente del otro con
claridad, no con soberbia. Ve directo al punto, tú no necesitas impresionar a
los demás.
12. Usa
apropiadamente los objetos
Los esferos,
celulares y demás elementos son una extensión de tu cuerpo. Jugar con los
utensilios de la mesa o mantener el celular en la mano (como quien está
esperando una llamada) transmite una falta de control en todo el sentido de la
expresión. Evita, entre muchos otros indicadores, tocar la solapa de tu
chaqueta o el marco de tus gafas con regularidad.
13.
Comunica amistad y empatía al dar órdenes
A nadie le gusta
recibir órdenes. En tanto sea posible, coloca tu mano sobre el hombro de la
otra persona para sienta el respaldo con la instrucción, en lugar de la
autoridad seca que viene de la palabra. Algunas veces sonreír es bueno para
romper el hielo, pero a veces el empleado puedes pasarse de relajado con sus
superiores.
14.
Mantén impecable tu aspecto
Con el transcurrir
del día la camisa tiende a salirse a los lados del pantalón, la corbata se
descuelga y el cabello se desordena. Eso le pasa a cualquiera.
Antes de entrar a
una reunión importante o una entrevista, y especialmente cuando termines de
comer, aprovecha para entrar al tocador y revisar detalles como el lustrado de
tus zapatos, la corbata, tu cabello y el maquillaje en el caso de las mujeres.
15.
Saluda desde lejos
Saluda a tus
compañeros de trabajo o grupo de amigos desde lejos señalándolos o con la palma
abierta. Es por excelencia un gesto de autoridad y carisma.
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José G. Quintero E.
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