La relación entre el empleado y el jefe comienza a
deteriorarse a medida que se pierde el foco en lo que es verdaderamente
importante. Si bien el jefe tiene que ser especialmente bueno en lo que hace,
la relación entre ambos también pasa por el empleado, su metodología de trabajo
y su manera de relacionarse.
Ciertos hábitos en la oficina permiten mejorar la eficiencia y lograr que las relaciones con el jefe sean mucho más armoniosas y funcionales para el entorno laboral.
Toma la iniciativa:
Ciertos hábitos en la oficina permiten mejorar la eficiencia y lograr que las relaciones con el jefe sean mucho más armoniosas y funcionales para el entorno laboral.
Toma la iniciativa:
No todo debe consultarse con el jefe, especialmente después de un tiempo ocupando un cargo y enfrentando ciertos problemas cotidianos. Sobrecargar a tu jefe con asuntos cotidianos, triviales, que podrías estar manejando tú, es una fuente de estrés para tu jefe.
Demuestra tus capacidades manejando las situaciones que estén en tus manos y sacando la cotidianidad de los temas de consulta. De esta manera, darás a entender que eres un empleado en el que se pueden confiar y delegar funciones, y podrías incluso merecer un ascenso en el futuro.
Busca consejo de quienes lo conocen:
Todos los jefes (y todas las personas) tienen sus particularidades. Para una mejor gerencia del tiempo de ambos, es mejor conocerlas adecuadamente, pero esto toma tiempo que no se tiene para descifrar el enigma. Por ello, son de gran ayuda las personas que han trabajado previamente con él y pueden decirte cómo manejar las cosas de la mejor manera.
Corrige los problemas en los que puedes trabajar:
Ante un conflicto con tu jefe, sólo hay una parte en la que puedes trabajar: tu cuota de responsabilidad en el asunto. Probablemente la gran parte de los problemas entre ambos tienen una cuota de 50-50 de responsabilidad, por lo que el cambiar la manera de abordar las cosas podría, de hecho, cambiarlo todo entre los dos.
Plantea tus inquietudes en reuniones periódicas:
Sostener reuniones mensuales (o más frecuentes, si la dinámica lo permite o lo amerita) es una buena manera de mantener las comunicaciones fluidas y correctamente administradas. Tomar tiempo del jefe a diario para conversar de cosas que pueden esperar es tedioso y consume gran cantidad de tiempo al mes. Es preferible sostener reuniones periódicas en las que se puedan discutir estos asuntos.
Establece filtros:
Aún en las empresas más horizontales del mundo, si tienes personas a tu cargo, existe un aspecto en el que la jerarquía vertical siempre aplicará: resolver la mayor cantidad de problemas sin necesidad de que tu jefe deba intervenir.
Si dentro de tu departamento existen problemas que pueden ser resueltos sin acudir a mayores instancias, simplemente hazlo. Si consultas asuntos menores con tu jefe todo el tiempo, éste supondrá que no manejas correctamente las responsabilidades asociadas a tu cargo y tu equipo de trabajo.
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José G. Quintero E.
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