Las relaciones
interpersonales siempre tendrán altibajos, pero, ¿cómo confrontas los
conflictos antes de caer en el resentimiento? ¡Deja de guardar silencio!
Las relaciones
interpersonales, tanto en el entorno laboral como en el personal, se sostienen en una
base de confianza y compromiso. La creación, fortaleza, debilidad y pérdida de un vínculo, dependerá
de nuestra habilidad para respetar los acuerdos que nos unen
con los demás y de nuestra capacidad para sobrellevar de manera efectiva los
conflictos y/o diferencias.
En mi experiencia como coach, he visto
surgir muchos conflictos a partir de que se rompen algunas promesas; se generan
expectativas distintas entre ambas partes y no se emiten los reclamos necesarios para solucionarlos.
Aunque parece fácil,
hacer un reclamo puede llegar a ser muy complicado.
Es por eso que muchas personas optan
por guardar silencio – lo que genera un estado de
resentimiento o resignación – o bien, por quejarse y recriminar constantemente.
Cuando recriminamos, culpamos al otro, lo acusamos y juzgamos, pero no estamos
resolviendo nada. Lo único que logramos es generar desconfianza y que la otra
persona actúe a la defensiva.
Ya sea que decidamos callar o
recriminar, es posible que nos estemos contando diversas historias para
justificarnos o para evadir la conversación del reclamo. Por ejemplo:
• “Muestro que soy débil y vulnerable”
• “Me van a rechazar”
• “Voy a molestar”
• “¿Quién soy yo para pedirle esto a...?”
• “Me van a decir que no”
• “Seguramente no soy importante para la otra persona"
• “Soy víctima de una injusticia”
• “Me van a rechazar”
• “Voy a molestar”
• “¿Quién soy yo para pedirle esto a...?”
• “Me van a decir que no”
• “Seguramente no soy importante para la otra persona"
• “Soy víctima de una injusticia”
Ahora reflexiona y encuentra tus
propias respuestas: Cuando alguien no cumple con un acuerdo o no lleva a cabo
lo que le pediste... ¿Qué pensamientos vienen a tu mente? ¿Qué te impide hablar
y ser claro para expresarle tu inconformidad? ¿Qué tantas expectativas tienes
en los demás? ¿Cómo se ve impactada la relación? ¿Qué posibilidades se cierran
a partir de tus quejas y resentimientos?
Cuándo reclamamos nos hacemos cargo del
conflicto, estamos abiertos a escuchar las razones del otro y a generar nuevos
acuerdos que nos regresen a un estado sano y transparente en la relación. El
reclamo sirve para cerrar conversaciones pendientes y abrir nuevas
posibilidades para que las cosas sean mejores en un futuro y brinda la
oportunidad de reparar los daños. Nada bueno surge cuando estamos resentidos,
resignados o quejándonos.
Rafael Echeverria, autor del libro Ontología del Lenguaje, propone una estructura interesante para hacer un
reclamo.
A continuación un ejercicio que puede ayudarte a diseñar el tuyo y descubrir cómo cambian tus
relaciones:
1. Tengo que hacerte un reclamo
2. Tú me prometiste o habíamos acordado___________________
3. No cumpliste con lo prometido
4. Me vi afectado de la siguiente manera: ____________________
5. Eres responsable de dichos perjuicios
6. Como forma de asumir tu responsabilidad, te pido que_________
7. Nuestro aprendizaje para futuras ocasiones es_______________
2. Tú me prometiste o habíamos acordado___________________
3. No cumpliste con lo prometido
4. Me vi afectado de la siguiente manera: ____________________
5. Eres responsable de dichos perjuicios
6. Como forma de asumir tu responsabilidad, te pido que_________
7. Nuestro aprendizaje para futuras ocasiones es_______________
Haz tus
peticiones con la mayor claridad posible, no asumiendo que la otra persona está
conforme con lo que expresas. Verifica que ambos entienden lo mismo. Cuida
también que el reclamo se lleve a cabo con la persona indicada, en un buen
momento (cuando los ánimos de ambas partes lo permitan) y de forma respetuosa.
Es posible que durante la conversación,
te des cuenta de que la otra persona tenía otra idea y/o expectativas sobre el
acuerdo y en dado caso se trataría de un malentendido, por lo tanto el reclamo pierde validez.
Otra posibilidad es que la persona
acepte que no cumplió con el acuerdo pero no esté dispuesto a llevar a cabo lo
que le pides y comprometerse de nuevo contigo. En cualquiera de los casos, lo
importante es que tú te hiciste cargo de la situación y a partir de ahí puedes tomar mejores decisiones.
Ante una diferencia o conflicto, es
necesario estar consciente de que tanto los demás como nosotros podemos fallar,
decepcionar e incumplir y que no necesariamente lo hacemos con la intención de
dañar a la otra persona.
Sin darnos cuenta, en ocasiones
actuamos desde nuestras precariedades e incompetencias. En nuestras manos
esta tomar acción al respecto, enfrentarlo de una manera sana y constructiva
para evitar caer en resentimientos o quejas improductivas; salvar nuestras
relaciones y si aun así no es posible mantener la relación, aprender a perdonar y dejar ir.
¿Aclaras tus
inconformidades para llevar una vida con claridad? ¿Cuál es tu técnica para
resolver y no hacer más grandes los conflictos?
Tomado de: http://www.altonivel.com.mx/41351-aprende-a-reclamar-y-mejora-tus-relaciones-publicas.html
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José G. Quintero E.
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